La semana del 4 al 8 de marzo, un grupo de franceses vinieron a visitarnos por un tiempo, pero nunca pensamos que ese tiempo quisiéramos que fuera eterno.
El primer día llegaron por la mañana y fue un día de presentación. Luego, por la tarde, nos fuimos cada uno a casa a que descansaran y más tarde, en mi caso quedé con Ariadna y Elisa (su francesa) para dar una vuelta por el pueblo con mi francesa, Roxane. Al llegar a casa, cenamos y nos fuimos directas a dormir.
El segundo día, hicimos en el instituto juegos paralímpicos, simulando que estábamos discapacitados. A media mañana, dimos una vuelta por Orihuela para enseñarles varios monumentos a destacar y luego comimos en la cantina de la universidad. Por la tarde, teníamos subida al seminario (subida la cual, ningún español subimos y les esperamos bajo) y una pequeña clase de flamenco para aprender la 1ra sevillana. Al terminar todo, estuvimos un rato por Orihuela y al rato, nos fuimos cada uno a casa para poder descansar para el siguiente día.
El tercer día, nos fuimos a Santa Pola, nos enseñaron el castillo y también el acuario. A la hora de comer, nos fuimos a la playa y los chicos y algunas chicas francesas se metieron al mar y salieron empapados. Comimos todos juntos y luego nos pusimos a bailar, a platicar y vimos a unos chicos con un balón de vóley de sobra a si que se lo pedimos para poder jugar todos un rato y lo pasamos muy bien (tanto que íbamos a dar una vuelta por Santa Pola y al final nos dejaron seguir jugando). Esa misma noche, Aroa nos invitó a todos a cenar a su casa, pedimos unas cuantas pizzas y nos hizo su madre sandwiches, bizcocho y chocolate caliente (muy bueno todo la vrd).
El jueves, nos tocó ir a Cartagena, Murcia, aunque primero, fuimos al Centro de Alto Rendimiento en Los Alcázares y nos enseñaron todos los instalamientos que tenían. Allí hay tanto deportistas sin ninguna discapacidad como discapacitados. Cuando ya llegamos a Cartagena, nos pusimos a comer lo que trajimos de casa y luego nos dimos una vuelta por la calle mayor y a ver tiendas. Luego, fuimos al coliseo romano de Cartagena y el guía nos hizo hacer un espectáculo al terminar el tour. Ese día pasamos la tarde en casa y los franceses se dejaron ya las maletas casi preparadas para la vuelta.
Por último, el viernes, hicimos varias actividades en el instituto, nos dieron una charla un entrenador de karate y parakarate y luego nos dio una mini clase y vimos una demostración de un deportista con parálisis cerebral que nos vino a visitar. Para finalizar, nos dieron unos diplomas y nos pusimos a bailar. Luego, nos fuimos a comer todos juntos al restaurante “ El Rocío”. Cuando terminamos, volvimos a casa para que se ducharan y se cambiaran los franceses y ya comimos las cosas y nos fuimos al autobús a despedirnos. (Cuando se fueron, las españolas corrimos detrás del autobús como locas jajajajaj).
Este erasmus ha sido increíble, hemos aprendido muchísimo sobre los deportes olímpicos y paralímpicos y el valor tan importante que tienen, lo importante que es también la inclusión hablando genéricamente y qué suerte tenemos de que nos puedan ofrecer oportunidades como estas.
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